miércoles, 17 de septiembre de 2008

Espadas (Kafkiana número 4)



D'Artagnan desenvainó la espada y, aunque desde el otro lado del salón de recepciones no se le oía bien, apostaría a que pronunció alguna de las frases típicas como prepárate a morir, defiéndete, en guardia o no huyas, cobarde. A los pocos segundos, como era habitual, ya había ensartado a su rival. Éste, herido de muerte, cayó al suelo y poco pudo hacer ante la ira asesina del mosquetero, que lo remató clavándole el acero en el ojo izquierdo.

D'Artagnan extrajo la espada del cuerpo del vencido y, con el propio cadáver, limpió la sangre y las vísceras que se habían quedado como encoladas en el filo. Y me miró. En sus ojos no se percibía más al pícaro compañero de aventuras y amigo devoto, sino a un ser dotado de depravada inhumanidad y furia paranoica. Sin alterar su semblante, que a pesar de la carnicería no había perdido serenidad, se dirigió hacia mí. Hasta ese momento, lo consideraba incapaz de hacerme daño, pero ya no estaba tan seguro: en realidad, ahora estaba convencido de que quería matarme, igual que había hecho con los siete espadachines anteriores. Le grité D'Artagnan, qué demonio ha invadido tu conciencia.

Me respondió ninguno, señor Dumas.

Pero creo que no había entendido bien eso de que la obra se titulara los tres mosqueteros y no los cuatro mosqueteros o los tres mosqueteros y D'Artagnan. Cuando quise explicarle que fue una decisión del editor ya era demasiado tarde. Y yo ya estaba muerto.

6 comentarios:

Ameliepinup dijo...

Ohhh! qué malvado y despiadado D´Artagnan, yo por desgracia le recuerdo como un perrito simpático. ¡cuanto daño han hecho las versiones en dibujos animados de los clásicos de la literatura universal!
En cualquier caso aqui tiene "una para todo".
Besos

manuel_h dijo...

tú mismo deberías aprender de hechos como el que cuentas. Tu blog está lleno de gentes que... buff! En fin, espero que los tengas a buen recaudo!

Ego dijo...

A Unamuno le pasó algo parecido.
Tampoco vivió para contarlo.
Dumas tiene el ego más grande que nosotros. Asín Ke la experiencia le sentó de perlas.
Un (b)ico...

Diego dijo...

Muy cierto el apunte de Ego, es la rebelión de los personajes de ficción contra el creador. Un abrazo.

Tristancio dijo...

Pues sí, deberías vigilar la galería de personajes que has creado, que esto de escribir puede ser como dormir con el enemigo, señor Fer...

Saludos.-

AAN dijo...

Si es que no se puede ser tan creativo... Ten cuidado también tú, geniecillo, no se te vayan a amotinar el hombre que espera al lado del teléfono (ese ya murió, pobre), la sirenita y el buzo ;)

 
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