lunes, 15 de enero de 2007

Amor filial


"Toda mi infancia no fue otra cosa que una época de desesperación. Mis padres no me querían y yo tampoco los quería. No me perdonaban el haberme hecho. Si existe el infierno, y naturalmente que existe el infierno, dijo, entonces mi infancia fue el infierno, la infancia es el infierno, dijo, da igual qué infancia sea, es el infierno. La gente dice que ha tenido una hermosa infancia, pero sin embargo fue el infierno. La gente lo falsifica todo, y falsifica también la infancia que tuvo. Dice: tuve una hermosa infancia, y sin embargo sólo tuvo un infierno. Cuanto mayor se hace la gente, tanto más fácilmente dice que tuvo una hermosa infancia, cuando sin embargo no fue otra cosa que el infierno. El infierno no va a venir, el infierno ha sido, dijo, porque el infierno fue la infancia".


Thomas Bernhard (Maestros antiguos)



Vuelvo a Bernhard y me encuentro con este fragmento de odio infinito, no carente de ironía, como sólo él puede expresarlo, versión moderna del críacuervos. Salir del agujero de la infancia y no volver nunca a él. Casi no hay más que hijos de padres amargados. Evidentemente, murió sin descendencia en 1989, aunque escribió 19 novelas y 17 obras de teatro, vástagos que nos dan satisfacciones a quienes los leemos.


2 comentarios:

Eva dijo...

Espero que no hayas colgado este fragmento porque te sientes identificado con él... Siempre he creído que debiste de ser un niño rubito y felizón.

:-P

Fernando García-Lima dijo...

Felizón felizón tampoco, pero desde luego no tan desgraciaíto, ni mucho menos... Creo que te gustaría "Maestros antiguos", y no por sentirte identificada o no. Ya estás tardando en ponerte a leerlo. Tienes una magnífica edición de bolsillo en Alianza. :-P

 
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