viernes, 26 de diciembre de 2008

Navidad

Ese año, la Navidad no llegó el 25 de diciembre, sino que se quedó en su casa. Harta de tantas bolas, tantas luces, los regalos, el turrón, los polvorones y la zambomba, decidió hacer unos cuantos litros de caldo de verduras –cebolla, apio, zanahorias, puerro, perejil y algunos dientes de ajo sin pelar-, se puso la bata más roída que tenía y se sentó delante de la televisión, dispuesta a que pasaran los días de la forma más aséptica posible. Por dios, a quién se le había ocurrido asociar su existencia con esos villancicos que apestaban la atmósfera de las tiendas, y con aquella horrible cantinela de los niños de San Ildefonso. Odiaba que se la culpara de la muerte de tantos pavos, gambas, langostinos. Despreciaba el invento del huevo hilado (de dónde diablos sale eso, virgen santa). Se asqueaba con las absurdas tradiciones de los calcetines en la chimenea, la limpieza de zapatos y los cubos de agua para los camellos. Qué estupideces.

Pasó cuarenta y ocho horas viendo programas de testimonios, galas benéficas y vídeos de cámara oculta y sólo paró para dormir y servirse más caldo de verduras. Luego pensó ya se habrá pasado todo, y abrió las persianas. Echó un vistazo al exterior. Fuera, ahí seguía todo. Las luces, los regalos, el turrón, los polvorones y la zambomba. Y las bolas.

Había desaparecido, ese año había decidido no hacer acto de presencia y les había dado igual. Nadie se había dado cuenta. Así que cerró las persianas y comenzó a escribir su carta de dimisión. O de suicidio, ya lo decidiría más tarde.

9 comentarios:

Terapia de piso dijo...

Porque la Navidad era más que simplemente él.

José Roberto Coppola

Mon dijo...

Carai, le cambio el nombre de Navidad por el mío y lo de ver durante 48 horas los programas de televisión, por películas de inet ... y empzaría a sentirme observada (hasta lo has clavado en la sopa de puerros) Solo estos dos días, afortunadamente. Lo positivo es que el 7 de enero no tendré que ir al gimnasio para quemar los excesos.

Dara dijo...

Que no desista. Alguien, aunque ella no lo sepa, la echó mucho de menos.


Miau

Isabel Tejada Balsas dijo...

o podría decidir que hacer con una vida libre de expectativas no?

n_n

JUACO dijo...

Por desgracia (para mi claro), la navidad no puede pasar desapercivida... Aunque se quede en casa, presente su dimisón, etc... La navidad seguirá estando ahi...

Un saludo.

Carla dijo...

Supongo que es a la única "persona" que todos buscamos almenos una vez al año.Es la única persona que nos sirve cómo escusa para ser un poco mejor personas y sino como escusa para creer que lo somos.

Liška dijo...

Quizás por que lo que de verdad tenía sentido iba perdiéndolo, se esfumaba mientras prevalecían otras cosas... quizás porque ya nadie llama a la puerta y quizás porque ya nadie abre las puertas al que llega sin llamar.

Siempre un placer leerte Fer, mis mejores deseos contigo

Miss Morpheus dijo...

Yo estuve sentada junto a esa Navidad de bata raída. Y pensé lo mismo que ella: "¿Cómo es posible que el mundo siga girando como si nada ocurriera?"

Preparo mis zapatos de claquet, o de tacón de aguja -lo estoy decidiendo- para pisotear dragones, fantasmas y seres varios que se han colado en mi vida sin siquiera pedir permiso...

Feliz Año nuevo, Fer. Confiemos en que este, sea al menos distinto.

Un abrazo.

manuel_h dijo...

Siempre hay quién se cree imprescindible, egocéntricos!!

 
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