Lula
¿qué arde en tu vientre?
¿qué arde en tu vientre?
¿qué arde en tu vientre?
si esa semilla no es suya
Xavi Martín
Lula probaba a los hombres como probaba la temperatura del baño, con el dedo gordo del pie. En sus madrigueras metía primero un dedo y, si no encontraba mandíbulas y sí un aliento cálido, introducía uno más, y así hasta que les entregaba su vida.
Antes no lo hacía así.
Y había acabado cantando y bailando desnuda frente a pupilas dilatadas y priapismos crónicos. Se secaba los ojos luego en casa, se quitaba el pintalabios rojo y el polvo reseco de las mejillas, buscando ese aliento cálido en los pies, pero sólo encontraba lametones lascivos entre los dedos, que ya eran pura piel desgarrada. Y flecos de sangre.
Y desayunaba whisky con galletas para vacunarse contra el miedo. Para no acordarse de nada, de los gritos que se le metían en la cabeza como bichos carnívoros, de la lija de unos dedos que la herían en cada caricia, de la basura de las bocas.
Y alternaba por los bares con vestidos transparentes para encontrar a alguien que no oliera a veneno, que bebiera y hablara con ella, que la sedujera sin tacto.
Para dejar de seguir despertando a medianoche, buscando ese aliento cálido en los pies al probar la temperatura del baño.
9 comentarios:
Es un post muy sugerente. Me ha gustado mucho.
Un beso.
Siempre puedes traducir tú mismo al señor Oliver, no? :)
Me gusta el momento desmaquillaje, el querer dejar de oler, de saber...
Todo el mundo se ha sentido así alguna vez, mientras probaba la temperatura del baño, estoy segura.
Beso
A mi me encanta esta frase:
"de la lija de unos dedos que la herían en cada caricia"
Es cierto, hay caricias que hieren :(
Por cierto, qué foto tan bien elegida ;P
He de decir que he desayunado alguna vez whisky con galletas María. Y no me arrepiento.
Saludos
A Lula la entiendo.
Caminamos juntas alguna vez, y diría incluso que compartimos barra de labios.
Me ha encantado este texto.
Whisky con galletas? no, "no me gusta el cardhu, pero sí cuando lo bebes"....
Qué hermosa verdad esas de que te seduzcan sin tacto... qué jodido es... y delicioso cuando lo logran.
Me gusta el relato, muy original. Yo también tengo uno, digo de blog. Te invito a meter el pulgar y probar mi aliento.
www.frutadelamor.blogspot.com
Los probaba con el dedo gordo del pie… y aún así salió escaldada!!
Si es que “con los pies fríos no se piensa bien!!” :P Pero no se puede ir mendigando cariño por las esquinas. Con una semilla en su vientre debería probarlos con el antebrazo, como los biberones y, de paso, aprovechar el gesto para hacer un corte de mangas.
Lula, siguiendo con el post anterior, decidió tomarse unas vacaciones de las vacaciones
Publicar un comentario