domingo, 4 de noviembre de 2007

Excusas

¿Era realmente indispensable descolgar? El teléfono sonó otra vez, pero seguía lejos. En los diez minutos que habían transcurrido desde la última llamada el aparato no se había acercado ni un centímetro. No se movía, ni siquiera hablaba. Seguro que era ella, pero ahora no era el momento de mantener esa conversación. Todavía no. Hoy había trabajado todo el día, tenía el cuerpo deshecho y la mente para pocas fiestas y para menos discusiones. Además, la embriaguez le tenía sumergidas las ideas en formol. Antes había intentado mantenerse en pie, pero era demasiado difícil; la habitación le daba vueltas, la mesa parecía que iba a tocar el techo, las sillas comenzaban a bailar y el estómago se ponía a rivalizar con la nuez. Se sirvió unas gotas más para ganar valor. Entonces el teléfono dejó de sonar. Brindó por el silencio y por el aire viciado, muera el oxígeno puro. Como ensayo general no había ido mal. Veremos cuando llegue el momento del estreno. Sonó otra vez a los pocos segundos. El miedo volvió y de nuevo echó un trago. Vamos, dame la mano y coge el teléfono. Y habla con ella, aunque sea para divertirte un rato. Acepta el reencuentro. No. No pudo aguantar el terror a sí mismo y a esa repugnante herencia de cobardía. Su ausencia era muy tangible aún. Rió de forma nerviosa, quiso alargar el brazo, pero no. Muy lejos. Dio una calada y cambió de canal. Silencio. Mañana. O el sábado. Sí, se lo diré el sábado.

14 comentarios:

Soledad Burgos dijo...

descolgarlo?...
Soledad

Mon dijo...

Lo peor estaba por venir. Cómo afrontar una conversación y salir airoso, sin un rasguño en el corazón.

Muy auténtica la reconstrucción de los hechos. :-O Lo que me empieza a preocupar es que yo tenía esos síntomas estando ebria cuando recibía un SMS. :D

Eva dijo...

Yo lo que tengo pendiente prefiero liquidarlo pronto. Además, por teléfono suele ser más fácil que cara a cara...

Patrice dijo...

Yo voto descolgar siempre, menos cuando uno no puede, ya no físicamente... sino de otras maneras...
También voto no enviar mensajes de texto cuando es más tarde de la 1 AM o bien cuando se han tomado más de tres cervezas...
:)

Anónimo dijo...

pues brindo por el silencio, al final es el mayor gesto que puede hacer por alguien un músico

..jeje aunque no es por eso que nunca descuelgo

Anónimo dijo...

Muy bien reflejada la situación.
Hizo bien en no coger el teléfono, en ese estado podría haber dicho cosas de las que luego se arrepintiera.
Quizá el sábado sea mejor día!

Besos.

Leuma dijo...

Muy bueno el texto y cómo plasmas la situación. Con embriaguez y cansancio pueden decirse cosas de las que luego es fácil arrepentirse, creo que hubiese hecho lo mismo, posponerlo para un mejor momento, Un beso

Sweetcide dijo...

Me he enamorado. De la ilustración. La quiero en grande :)

Beso!

manuel_h dijo...

por supuesto, el sábado!!

Princess Valium dijo...

Soy incapaz de no descolgar.
Un beso

Madame Vaudeville (Chus Álvarez) dijo...

Toc toc
¿Se puede?
Hallé su reino de palabras por azar y encontré la puerta entreabierta.
Me gustan las imágenes que elige y los textos que inspiran.
Prometo volver, si no le importa.
Un tímido beso desde mi cabaret.

adictaacruzarenrojo dijo...

Odio eso, lo odio...(si, me lo han hecho)
Cobardía...?? q otra cosa...
Un beso rojo

Pi dijo...

Ay! cobarde de cobardes!! Oliveira enmascarado. En el fondo todas queremos uno y todos quieren ser como él. Entre coger el teléfono y esperar a que apareciera la Maga está la acción, y he ahí donde todos opinamos distinto. ¿qué es actuar? contestar el salón, patearse París, o tal vez esperar que el destino nos vuleva a poner frente a frente. He ahí. Me gusta tu blog.

Pi dijo...

Contestar el teléfono, no el salón, sorry. Es lo que tiene la improvisación.

 
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