jueves, 14 de enero de 2010

Tres años después

Tres años después, sigue amaneciendo, la niebla se disuelve y la luz sigue desvaneciendo el alba. Entonces despega los párpados y la mira y continúa durmiendo, muy lejos, tocándola sólo con la punta del pie, porque es su dormir abrazados, que nadie más lo hace así. Ojalá finja que le quiere sólo por dos días, recogiéndole con las manos esas gotas de la ducha que la toalla no alcanza a secar bien y desayunando tostadas después, quizás.

Después de todo este tiempo, sigue amaneciendo y aún le gustaría que fingiera quererle sólo por dos días y todo lo demás. Pero continúa sin saber silbar bien y tampoco domina eso de pasear por la infancia, respirando simplemente. Y mira que le gustaría recopilar esos olores y enseñárselos, y dibujar despacio logaritmos o cálculos de probabilidades sobre cualquier recuerdo. Le hablaría de los maestros antiguos, aquellos que le enseñaron a lavarse los dientes y a atarse los cordones de los zapatos. Recordaría las murallas, los fosos y las esquinas del siglo XVI en las que esperaba con la mochila cargada de libros de texto. Pero todavía se le da mal eso de la Historia, no la tiene presente.

Han pasado ya tres años y sigue teniendo zonas de tristeza, aunque eso tampoco es malo, piensa, porque quiere decir que queda un poco todavía para el colorín colorado se volvió verde de envidia y lo de comer perdices de postre, que nunca ha entendido. Además, a pesar de tanto día de por medio, el oxígeno le sigue ahogando un poco, por lo que es bueno que no haya habido desastres inesperados y siga, tres años después, amaneciendo. Para el próximo, aprenderá a silbar. Prometido.


9 comentarios:

Fauve, la petite sauvage dijo...

Amanece, que no es poco.
Y después de tanto tiempo sin pasar por aquí veo que sigues en perfecta forma; ¡cómo me alegro! Aunque vea las lágrimas y las bocas hacia abajo entre tus letras.

Enhorabuena, Fernando.

Rosa dijo...

Pero es que cuando las cosas se acaban, se acaban, por mucho que nos empeñemos en lo contrario!!, o no?.
Besos.

Magrathea. dijo...

Esto ya duró demasiado.

Fauve, la petite sauvage dijo...

¿Quién mide el tiempo? ¿Quién juzga y determina cuándo es poco, cuándo mucho y cuándo algo está definitivamente terminado?

mariajesusparadela dijo...

Yo, cuando era un poco (bastante) más joven y cínica, ante un abandono que me dejó maltrecha y despechada, inventé una frase lapidaria:"todos los que nos rodean pueden hacernos felices: unos porque llegan y otros porque se van".
Y, después de mucho repetírmela, llegué a creérmela.

Carla dijo...

y lo mejer de todo es que todos los principios son también comienzos ( lo que pasa es que no lo sabemos en su momento).

un besazo Fernando:)

Terapia de piso dijo...

Siempre o digo: los amaneceres me dan vértigo.

Un abrazo, Fernando.

José Roberto Coppola

Isabel Martínez Barquero dijo...

Me encantó.
Me voy silbando de gozo.

Amelie Poulain dijo...

Enhorabuena por estos tres años! Y muchas gracias por todos los raticos que nos has hecho pasar.
"Aprender a silbar" :D Si te sirve de consuelo, yo todavía sigo intentando aprender mandarin.

Muchos besicos, Fer

 
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