domingo, 2 de noviembre de 2008

Muebles


Abrió la puerta de casa y sonrió. Soltó un suspiro mientras se derrumbaba en el diván y dirigía una segunda mirada a su cuarto de estar. Era magnífico. En un lado, la cómoda estilo Luis XVI de madera de cerezo y mármol, y, junto a ella, el sillón Calvet, esculpido en roble mediterráneo por el mismo Gaudí; al otro, el sofá chino rematado en nácar. Su última adquisición -un canterano de nogal tipo Terruella que habían tallado las manos de un artesano ciego del barrio barcelonés de la Ribera en el siglo XVII- se hallaba todavía en un territorio neutral, esperando su decisión. ¿Dónde colocarlo? ¿En qué lugar contribuiría su belleza a potenciar la armonía de los demás muebles?

En aquella pared, pronunció en voz alta.

No sin esfuerzo, consiguió situarlo en el sitio elegido. Ah, se le escapó una sonrisa. Perfecto.

Sin embargo, su cara no reflejaba una absoluta satisfacción. Miró a la derecha y observó el espejo barroco romano del siglo XVIII y la consola rococó tallada en ébano y recubierta de oro. Pero no, el fallo no estaba ahí. ¿En las paredes? La selección de cuadros le había llevado siete años y la mostraba con orgullo a sus visitas, así que la hipótesis se le antojó absurda. Después dirigió la vista hacia abajo.

En efecto, era el suelo. La alfombra persa de lana hilada a mano desentonaba en el conjunto. Unos colores estridentes, unos motivos geométricos vulgares, una cantidad de nudos insuficiente. Era joven cuando la compré, se disculpó. Ahora la situación exigía una solución inmediata. Había que sustituirla. Así que tiró de la alfombra con las dos manos.

Justo en ese momento se dio cuenta de que estaba equivocado y de que la pieza discordante era el armario policromado de 1798 que ahora, con inusitada rapidez, se le venía encima. Y cerró los ojos. Por fin lo veía claro.


10 comentarios:

Isabel Tejada Balsas dijo...

si es ke hay que tener cuidado de donde se tiraaaa ^^
sabes de quién es la ilustración?:O

simalme dijo...

No dejas un personaje vivo¡

Anónimo dijo...

Me encanta. Es redondo. Perfecto.
Besos

PD: estoy en ello, no pienses q me olvido de lo nuestro...

Tristancio dijo...

Si no te mata el vacío, te matan los objetos con que intentamos disimularlo.

En fin, a lo mejor era solamente un tipo que gustaba de cachureos caros, y yo siempre buscándole la quinta pata al gato.

Saludos.-

Luna dijo...

Hay pecados, como la soberbia en los que el precio es demasiado alto.
Saludos!

Anónimo dijo...

Lógico, ese ropero no era de madera farinata o pancipelá.

Es lo que tienen las habitaciones con tanto donde limpiar.

Te veo en algún bar...

Un bornicho en Marina.

manuel_h dijo...

a mí también me da miedo recolocar los muebles, no sea que se enfaden!

Anónimo dijo...

Una venganza de la alfombra??, no se debe tratar así a los objetos inanimados, como no tiene conciencia son capaces de cualquier cosa.

Vaya lección de mueble clásico.

Besos.

AAN dijo...

Finales trágicos e inesperados, como la vida misma. Me pregunto cómo estará usted.

Besos

Bambu dijo...

Al menos acabó por verlo claro...

Un saludo

 
Creative Commons License
Esta obra está bajo una licencia de Creative Commons.