jueves, 26 de junio de 2008

Kriptonita

Esa mañana, el superhéroe se miró al espejo y se notó menos superhéroe que nunca. Dios, le olía el superaliento. El supercerebro martilleaba contra las paredes del supercráneo. Además, la superbarba se le apareció como un papel de lija mal compuesto pegado a la supercara. En la cama, todavía dormida, estaba ella. De hecho, su ronquido se oía desde el baño. No es que fuera muy fuerte (más bien era como un placentero silbido); es que si tienes un superoído distinguir ese tipo de cosas es sencillo.

Sí, lo sabía, era una supervillana, no debía haberse acostado con ella, está en contra de todo código deontológico, dónde se ha visto, tener relaciones sexuales con tu teórico enemigo, estoy a un paso de la expulsión del club de superhéroes, le vino un exceso de saliva y escupió en el lavabo. Sangre.

¿Sangre? ¿Por qué sangre? No recordaba haber sangrado nunca, los superhéroes no sangran, o al menos no sangran sangre normal, y recalcó el apelativo “normal” en su cabeza, donde se mezcló con los silbidos-ronquidos de ella y el martilleo del supercerebro. Abrió la boca frente al espejo y allí estaba. Gingivitis. No había duda. Supergingivitis.

La supervillana interrumpió su silbido para, desde el dormitorio, lanzarle un beso y un susurro con dos palabras. Al superhéroe, ofuscado, no le funcionó el superoído. Entendió “estás muerto” y supuso que aquí terminaría todo.

10 comentarios:

Ego dijo...

La supervillana olvidó las jeringuillas. No todo estaba perdido.
Un (b)eso...

Anónimo dijo...

Héroe: uno más entre miles de términos argot "made in U.S.A." con el que constatar su indescriptible hipocresía.
Los detesto. Para qué hablar de los superhéroes, versión XL de los primeros.
Muerte a los superhéroes. Sin piedad. Y sin sangre, obviamente. Demasiada se ha derramado ya por su culpa.
Gran relato de un gran hombre...XXL, diría yo...
MdA.

Alphonsus dijo...

Siempre me ha encantado el mundo de los superhéroes, desde los tiempos de Homero, aguerridos semidioses. Me gusta tu esbozo de Iliada local.

Eva dijo...

Mi superhéroe preferido es superdesastroso y superdespistado, único e inigualable: ¡Superlópez! Hay que buscarle una supervillana como la de tu texto para que le ponga en órbita.

Mon dijo...

Qué triste, y humillante a la vez, para un superhéroe morir de una gingivitis. ¡Menuda decepción!

Veo como se desmitifica mi caballeroso y elegante Bruce Wyne ...

;)

manuel_h dijo...

la decadencia de los imperios siempre empieza por el mal aliento, qué triste historia!

Anónimo dijo...

Las buenas historias siempre tienen un mal final,o no,porque los superhéroes no mueren si no que se...transforman
Me gusta tu historia,felicidades.
Super..califristicoespialidoso!

Anónimo dijo...

El amor es de las pocas cosas de las cuales no podemos defendernos... (además de nosotros mismos, claro).
besos

simalme dijo...

La Perdición de un superhéroe. Para superhéroe Billy Wilder, eh,Fer?

Anónimo dijo...

Perdición.

 
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