sábado, 8 de diciembre de 2007

La panne

Sucedió al poco de marcharnos. El conductor se detuvo para ver de cerca una gallina de Guinea y el motor se puso a canturrear de forma amarga, como si fuera un caballo moribundo. This is Africa, man, dijo y, con enérgica diligencia bajó del coche para ver qué pasaba. Las máquinas no tienen conciencia de vida y expiran sin advertencias, tanto en compañía como en soledad, lo mismo les da; lo de las lágrimas en la lluvia quedará para generaciones venideras. Y por eso ahora estábamos parados, el guía y yo, en mitad de la sabana, haciendo frente al crepúsculo. Había luz todavía, aunque, presintiendo su agonía, saqué de la mochila la linterna y la metí en un bolsillo de los pantalones. La atmósfera era de humedad estancada y desprendía emanaciones de actividad nerviosa. Todo crujía, como cuando alguien camina con sigilo. Me entraron ganas de ponerle un cerrojo a la selva para hacer parar a todos esos ojos parpadeantes que nos rodeaban, pero pensé que ese cuadro de sombras no estaba hecho para la cautividad. Tendrán que pasar siglos de tinieblas antes de que podamos recorrer estos pasillos sintiéndonos dueños.

Una cosa me resultó extraña: el rumor mecánico había cesado. Me apeé del vehículo para interesarme por el guía, pero no estaba. Había desaparecido. Estaba solo. Solo. Me sentí como una esponja a la que se inundaba de horror. Oí pies, patas, bocas, lenguas sibilantes, y deseé que ninguno de los ruidos parase, porque sólo mientras eso sucediera podría tener la absoluta certeza de seguir vivo.

7 comentarios:

lila dit ça dijo...

esta hecho un cocodrilo dandee replicante. que curioso paralelismo de personajes en la "jungla"


vamos ahi el abuelo pato-aventurero

Sweetcide dijo...

pero si sólo son gatitos grandes :)

Anónimo dijo...

¿Oíste tu corazón? Mucha gente vive sin oirlo...o eso cree.
M---- d- a------.

Carmen dijo...

yo me hubiese caído redonda al suelo,
eso te lo aseguro :))

bienvenido al mundo de locos, Fer

Mon dijo...

Yo no hubiese bajado del coche, mas bien me hubiese sentado en el asiento del conductor y habría arrancado la carraca y hubiese conducido hasta quedar sin gasolina (o lo que le hechen). :P

Besos

manuel_h dijo...

la típica broma selvática: una gallina de guinea, un tipo desaparecido, una máquina muerta y el borboteo del sudor cuando los poros se vuelven aspersores. me alegro de que sobrevivieras para poder contarlo.

Eva dijo...

A esos viajes hay que ir con guía de repuesto y marcapasos.

 
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