domingo, 10 de abril de 2011

Loading


Vida es lo que transcurre mientras la página está cargando.


Esta mañana me he levantado temprano y, en vez de ir a por el periódico –últimamente los suplementos dominicales son una caca– me he puesto a ordenar los armarios. La ola de calor me ha cogido con las botas puestas y el jersey de cuello alto como única alternativa posible a la camisa de pana y había que poner fin a este sindiós.

Sí, llevo camisas de pana. Soy de esa clase de tíos.

No sé cuánto tiempo había pasado desde la última vez que había ordenado los armarios, pero he descubierto cosas sorprendentes, y no hablo de unas bolas de alcanfor mutantes o de un abrigo de visón zombie, aunque habría estado bien. Hablo de mi caja de los 80, porque yo fui un niño en esa década decidí guardar algunas cosas en una caja para las generaciones venideras, tal y como hacían en las pelis malas –de los 80, claro. Yo mismo he resultado ser la generación venidera. Si tengo que esperar que a alguien del siglo XXII le interese algo de esta caja, voy apañado. De hecho, tampoco creo que le interese a nadie del siglo XXI, ni siquiera ahora que los 80 están de moda. Aun así, explicaré lo que guardaba en ella, para que, ahora que tirado su contenido, quede testimonio en alguna parte.

En la caja había un álbum de cromos de la liga 86-87 (completo salvo por el cromo de un delantero del Barça, Amarilla), un chinito de la suerte de color rojo, el cococrash lila sin resolver, dos chapas con los “maillots” de Perico y Robert Millar y el Amstrad CPC 464, aquel ordenador con la pantalla verde monocromo y una especie de radiocassette en la parte derecha del teclado.

En un principio me ha hecho ilusión y todo, y me he puesto a mirar los cromos, a montar el rompecabezas –sin éxito– y a emular una carrera ciclista en la que ha ganado Perico sin discusión. Después he cogido el ordenador y, para mi sorpresa, estaba encendido.

Llevaba encendido desde 1986. Sí, ya no hacen las cosas como antes.

Y sí, aún no había cargado el juego de Fernando Martín. En la pantalla ponía “Loading”.

Digan lo que digan los libros, la paciencia la inventamos nosotros: los niños de los 80.


5 comentarios:

Carmen dijo...

yo pensaba que éramos los niños de los 70 pero no se me ocurre nada para contrarrestar tu caja de evidencias

Tristancio dijo...

Como la vida, no?... siempre "loading.

Saludos.-

Literatura Nova dijo...

Fer...te hemos cotilleado un poco y desde nuestra asociación nos preguntamos si te animarías a participar en una nueva red social de literatura. Nos encantaría que publicases ahí tus textos (son divertídismos y muy personales) y la gente pudiese leerte, comentarte, seguirte... Si te gusta la idea o quieres conocer de que hablamos puedes entrar en la página web de Literatura Nova ¿vale? Mil gracias, esperamos verte pronto por LN! :) (no tengas en cuenta mi dirección de Blogger, que está oxidada y descontrolada:)

Yessi dijo...

Sin duda reencontrarte con esa caja te ha traido buenos recuerdos.

Saludos.

Cris dijo...

Como niña de los ´80, ahora entiendo lo de mi paciencia... Nunca he sabido por qué le gusta tanto hacerme perder tiempo...

Besitos!

 
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