Crisis del 29 (II)
Y llegó uno de esos días sin sentido, de ésos en los que nos levantamos sin saber por qué ni para qué. “¿Es esto tener una depresión?”, te preguntas sin ningún criterio médico donde apoyarte, y buscas argumentos para creer que sí, que estás deprimido y que deberían darte la baja laboral para revolcarte un rato más en la cama.
- …
¿Tiene usted idea de cuántos granos de arena hay en una playa? No le estoy hablando del desierto, le estoy hablando de una playa, un conjunto de arena mucho más pequeño, que quizás sea abarcable con unos cuantos camiones. Pero aún así son infinitos, seguro. De esta forma me siento, como alguien que tiene que contar todos esos granos de arena un día tras otro y que nunca comprende que esa tarea es imposible.
- …
Usted me está escuchando, toma notas en su cuaderno de rayas, mira el reloj, y, cuando acabe el tiempo, me despedirá, se quitará los tapones de los oídos, se lavará las manos y se irá a sonreír a su esposa, incluso con el convencimiento de que yo sigo contando los granos de arena de esa playa. ¿Para qué sirve tener sed? Bebemos para no tenerla, aun a sabiendas de que después tendremos que ver más y más veces. ¿Para qué nos vamos si tenemos que volver de nuevo dentro de un rato? ¿Por qué me levanto si me voy a tener que acostar? ¿Por qué el tiempo pasa tan deprisa?
- …
Puntos suspensivos… ¿Eso es todo? Como al lobo estepario, me aparecen revueltos el dolor y el placer, lo antiguo y lo nuevo, el temor y la alegría. Me da por correr por las calles, y luego me paro si llueve y me quedo mirando al vacío para esperar a que todo se detenga. Pero, como mucho, hay un golpe y salta en astillas. Y Mozart no me está esperando.
- En efecto, no es Mozart; es Brahms. Pero, salvo ese pequeño detalle, lo veo mucho mejor que la semana pasada. Enhorabuena. Esa crisis del 29 está superada, sin duda. Nos vemos el martes que viene.
7 comentarios:
No te me enfades, pero estaba leyendo y pensaba: ¡vaya! ¡a ver quién es el autor de esto que me interesa leer más! ¡Me encanta!
¡Y resulta que lo has escrito tú...!
Me parece que van a ser muy interesante tus 29, espero que me sigas permitiendo estar cerca de tí.
Un besazo.
A veces duelen menos los puntos suspensivos que algunos comentarios demasiado realistas.
...lo llamamos depresión cuando podríamos llamarlo -con la boca pequeña- falta de ilusión? o_O
"Sentir...
que es un soplo la vida,
que veinte años no es nada,
que febril la mirada,
errante en las sombras,
te busca y te nombra.
Vivir..."
Petonets
Esas crisis que se superan son fantásticas oportunidades de crecer y aprender...qué frase tan supersupertópica!!!!, pero sabes qué? la puñetera es cierta, la evolución conlleva cambios y éstos crisis, en fin , que por eso a los peces le salieron patas, :P, un besazo
abuelo, que los 29 no son nada...me acuerdo de cuando los cumpli yo....no espera que esos aun no los he cumplido, bueno en fin que esta usté hecho un chaval.y si no ya sabes de q enemos llena la nevera
yo haría como woody allen, dale dos años más, y luego te vas a Lourdes!
pero si todo pasa, Fer! se irá esta crisis y llegarán otras nuevas! ;-)
de qué vivirían ellos, entonces? los que miran tanto el reloj y apuntan en un cuaderno cosas que muy probablemente no tenga nada que ver contigo :))
ánimo niño, c'est la vie!
y joder, no está tan mal... eh??
besossssss varios
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