viernes, 13 de abril de 2007

Por qué las mujeres van juntas al baño


Sí, de nuevo no he podido resistirme; aquí me tenéis, otra vez, compartiendo mis lecturas más polémicas. En este caso, “El cerebro femenino”, de Louann Brizendine, libro en el que esperaba encontrar respuesta a algunos de los interrogantes que me llevan atormentando desde mi más temprana infancia. No ha sido así: el sexo contrario, opuesto, bello, débil (el adjetivo varía en función de las hormonas) seguirá siendo siempre un misterio. Es un alivio.

“¿Por qué nace una niña con un aparato tan delicadamente sintonizado para leer rostros, percibir tonos emocionales en las voces y responder a indicios tácitos en los demás? Piénsalo. Una máquina así está construida para relacionarse. Ése es el principal quehacer del cerebro femenino y es lo que le impulsa a hacer a una mujer desde el nacimiento. [...] Si eres una mujer, has sido programada para garantizar que mantienes la armonía social”
“Los años de adolescencia son una época turbulenta. Está obsesionada con su aspecto. Durante la pubertad, toda la razón de ser biológica de una muchacha es sentirse sexualmente deseable. [...] Están interesadas, casi exclusivamente, en su aspecto y, sobre todo, en averiguar si los chicos que pueblan sus mundos reales y fantásticos las encuentran atractivas”
“¿Por qué van juntas las chicas al baño? [...] Los circuitos de relación social y verbal son, por naturaleza, más vigorosos en el cerebro típico femenino que en el masculino. [...] No es de sorprender, pues, que algunas áreas verbales del cerebro sean mayores en las mujeres que en los hombres ni que éstas, en general, hablen mucho más que ellos. Las cifras cambian pero, como promedio, las muchachas pronuncian dos o tres veces más palabras al día que los chicos”.
“Al establecer contacto por medio de la charla se activan los centros del placer en un cerebro femenino. Todavía se activan más estos centros al compartir secretos que tengan implicaciones románticas y sexuales. Este placer es enorme, es un grandioso flujo de dopamina y oxitocina que constituye el mayor y más voluminoso deleite neurológico que se puede obtener, aparte de un orgasmo”.

Como aperitivo no está mal. Aquí lo dejo para el (posible) debate. :-P
Para más adelante, la biología de la infidelidad femenina y los cambios de humor que tanta gracia hacen (sólo bajo petición).

11 comentarios:

Anónimo dijo...

Para más adelante, la biología de la infidelidad femenina y los cambios de humor que tanta gracia hacen (sólo bajo petición).

Lo pido.

Sweetcide dijo...

Yo también lo pido.

Nunca he querido ir al baño acompañada...aunque algunas de las otras cosas quizás sean verdad.

Fernando García-Lima dijo...

Podrías ser la excepción que confirma el período, Sweetcide.

Sweetcide dijo...

Bien.Me gustan las excepciones.

Anónimo dijo...

Me sumo a la petición.
Sólo una pregunta, por curiosidad: qué entiende el autor por un "cerebro típicamente femenino?"
Una sugerencia para Fer: amado, por qué la próxima vez no entrecomillas a Faulkner?
Cándida Eréndira
P.D. Oye que no, que no me sumo a la petición...

Fernando García-Lima dijo...

Jeje, me encantan las discrepancias.

¿Qué es un cerebro típicamente femenino? ¿Te das cuenta que esa pregunta puede dar pie a miles de chistes machistas que no vienen al caso? Y es autora, no autor. :-)

De acuerdo, entrecomillo a Faulker, y que conste que es porque me lo has pedido tú:
"Las mujeres no son más que órganos genitales articulados y dotados de la facultad de gastar todo el dinero del hombre".

William Faulkner

Sigamos. :-)

Eva dijo...

Está claro que Faulkner no conoció a ninguna mujer de verdad en toda su vida... >:-(

Fernando García-Lima dijo...

Y en "Luz de agosto" (traducción de Pedro Lecuona para la editorial Goyanarte ;-)), afirma que "las mujeres, cuando hablan, nunca quieren decir nada... hablan por hablar".

Aun así, es uno de los grandes escritores del siglo XX y su condado de Yoknapatawapha es el Macondo del sur estadounidense. A ver si va a tener razón. :-P

Anónimo dijo...

Querido mío: es cierto, incluso para nuestro William (por el que sentimos verdadera devoción, como bien sabes), que NADIE es sublime sin interrupción. En una obra tan extensa caben algunas estupideces.
Con muchísimo amor,
Cándida Eréndira

Anónimo dijo...

P.D. ¿Pensabas acaso que me iba a rendir???
C.E.

Fernando García-Lima dijo...

Las estupideces caben hasta en las obras cortas. ¿Será que la estulticia tampoco ocupa lugar?

Incluso tu creador, Cándida, ha tenido deslices del tipo "putas tristes" o "botellas al mar para el dios de las palabras".

Y no esperaba rendición, aunque ya sabes que a enemigo que huye...

Muchos besos

 
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