miércoles, 4 de abril de 2007

Pereza


Pegarse un tiro se le hacía una montaña. Había leído las obras completas de Zweig, Maupassant, Woolf, Bierce, Celan, Quiroga y Plath, unos cuantos artículos de Larra y In Country Sleep, de Dylan Thomas. Incluso se había atrevido con algunos poemas de José Agustín, no sin antes devorar con fruición varias novelitas de Jack London y dos de tres de Ferrater. A pesar de que no le provocaban entusiasmo, pudo terminar La condesa sangrienta de Alejandra Pizarnik, y dos volúmenes de la tetralogía Hōjō no Umi, de Mishima. Sin embargo, no pasó de las primeras páginas de Das Kunstwerk im Zeitalter seiner technischen Reproduzierbarkeit –el alemán nunca fue su fuerte– y de A gyertyák csonkig égnek. Estos esfuerzos no lograban encender la chispa suicida. Estaba tumbado en el sofá, en calzoncillos, con el mando a distancia entre las piernas, una cerveza tibia en una mano, la pistola en la otra. Un anuncio de coleccionables, de un coche, de coleccionables, de coleccionables, de un perfume, de coleccionables. Quizás más tarde.


16 comentarios:

Anónimo dijo...

Le faltó quizás leer a Anne Sexton. O al poco conocido Pe Cas Cor.

Pero la solución quizás era leer "El Código da Vinci" :-P


a.

Anónimo dijo...

Zweig, gran Zweig. El próximo mayo hay una caminata en NY para transmitir a toda esa gente que está en el sofá con una cerveza en una mano y una pistola en la otra que se ve que no está sola. Es raro que ése sea el mensaje en esta ciudad... Anyway, quizás a este señor le faltaba estar escuchando a Bjork. Siempre que lo hago, primero, cierro a cal y canto todas las ventanas y apago el gas.

Fernando García-Lima dijo...

Y tan poco conocido... Gracias por ese descubrimiento, A.

Y "El Código Da Vinci" no enciende chispas suicidas, sino que más bien da ganas de elevar su temperatura hasta los 451 grados Fahrenheit.

Fernando García-Lima dijo...

Dave, eso es porque no has visto esto:

http://www.youtube.com/watch?v=UiMz10s3-0w

Fernando García-Lima dijo...

Por cierto, feliz Semana Santa a todos. Me voy al País Vasco :-D

Hasta la vuelta

Anónimo dijo...

Es difícil lo del suicicio, es verdad... Yo no me suicido por la asistenta (es que tengo toda la casa enmoquetada) y porque siempre hay un médico en enfermedades breves saliéndose de su papel y salvándote de la vida eterna.
Lo de darme ánimos con la literatura no se me había ocurrido... pero creo que las Rimas de Gustavo Adolfo me vendrán pintiparadas.
Oklahoma
P.D. Sólo espero que el premio a mi valentía (si acabo apretando ese gatillo), sea una estancia con todos los gastos pagados en el Cielo de Francia...

manuel_h dijo...

hay ingenierías superiores más fáciles que un suicidio así asistido, y además la cerveza es más ligera que la pistola.

Me ha parecido fantástico tu relato, como el del ramo de ojos azules o el del funambulista chino.

un saludo

Fernando García-Lima dijo...

Oklahoma, espero que sea en el cielo de Francia. Ya sabes que los franceses cuidan mucho sus cosas. Y hay unas tías...

Pero no sé si comparto tu gusto suicida por las Rimas de Gustavo Adolfo

Fernando García-Lima dijo...

¡Muchas gracias, Manuel, y bienvenido! Aunque no sé qué reto es mayor: si enfrentarme a una ingeniería superior o a una eutanasia. Quizás sean equiparables.

Anónimo dijo...

No te culpo por no compartir el regustín suicida de las Rimas de Gustavo... hay traumas intransferibles.
Esta mañana me he despertado recordando un olvido imperdonable: ¡enhorabuena por tus relatos! Me apunto al club de fans de aquél del funambulista...
;-)
Oklahoma

Fernando García-Lima dijo...

Muchas gracias, Oklahoma. Espero actualizar pronto y seguir con buen ritmo sin que me gane la pereza protagonista de este relato.

Vaya vacaciones... ¡estoy más agotado que el jueves!

Anónimo dijo...

la chica esta de la foto es amiga tuya???? eh, eh eh????
del relato no te digo nada pq como tengo enchufe ya lo conocia jeje y ya sabes mi opinión. por cierto,el suicida en cuestion le envio un mensaje a tu compi de piso, te lo dijo?seguro q no pq siempre esta en las nubes
ah, oklahoma, el cielo de francia esta bien , pero me quedo con francia.

Fernando García-Lima dijo...

Lila, me parece que te vas a quedar con las ganas de conocer a mi amiga, la de la foto. Sólo te puedo decir que sabe volar.

Anónimo dijo...

¿mujeres que vuelan??...mmmm...jajajaja mejor no te hago ningún comentario al respecto, por lo menos en público

Fernando García-Lima dijo...

Sí, mujeres que vuelan, con permiso de Girondo :-D

"No sé, me importa un pito que las mujeres tengan los senos como magnolias o como pasas de higo; un cutis de durazno o de papel de lija. Le doy una importancia igual a cero, al hecho de que amanezcan con un aliento afrodisíaco o con un aliento insecticida. Soy perfectamente capaz de soportarles una nariz que sacaría el primer premio en una exposición de zanahorias; ¡pero eso sí! -y en esto soy irreductible- no les perdono, bajo ningún pretexto, que no sepan volar. Si no saben volar ¡pierden el tiempo las que pretendan seducirme!
Esta fue -y no otra- la razón de que me enamorase, tan locamente, de María Luisa.

¿Qué me importaban sus labios por entregas y sus encelos sulfurosos? ¿Qué me importaban sus extremidades de palmípedo y sus miradas de pronóstico reservado?
¡María Luisa era una verdadera pluma!

Desde el amanecer volaba del dormitorio a la cocina, volaba de comedor a la despensa. Volando me preparaba el baño, la camisa. Volando realizaba sus compras, sus quehaceres...

¡Con qué impaciencia yo esperaba que volviese, volando, de algún paseo por los alrededores! Allí lejos, perdido entre las nubes, un puntito rosado. "¡María Luisa! !María Luisa!"... y a los pocos segundos, ya me abrazaba con sus piernas de pluma, para llevarme, volando, a cualquier parte.

Durante kilómetros de silencio planeábamos una caricia que nos aproximaba al paraíso; durante horas enteras nos anidábamos en una nube, como dos ángeles, y de repente, en tirabuzón, en hoja muerta, el aterrizaje forzoso de un espasmo.

¡Qué delicia la de tener una mujer tan ligera..., aunque nos haga ver, de vez en cuando, las estrellas! ¡Qué voluptuosidad la de pasarse los días entre las nubes... la de pasarse las noches de un solo vuelo!

Después de conocer una mujer etérea, ¿puede brindarnos alguna clase de atractivos una mujer terrestre? ¿Verdad que no hay una diferencia sustancial entre vivir con una vaca o con una mujer que tenga las nalgas a setenta y ocho centímetros del suelo?

Yo, por lo menos, soy incapaz de comprender la seducción de una mujer pedestre, y por más empeño que ponga en concebirlo, no me es posible ni tan siquiera imaginar que pueda hacerse el amor más que volando. "

Sweetcide dijo...

Fer, eso no existe ;-)

que no duerman con cuentos de hadas, que no cierren el bar de la esquina... :-P

 
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