sábado, 24 de septiembre de 2011

Cuento sin perdices



Ningún cuento terminaba
“Y fueron felices y comieron perdices”
Porque las perdices no le gustaban, o más bien no sabía si le iban a gustar, que no las había probado todavía. Y la verdad es que cuando, de mayor, las probó, tampoco le fascinaron esos pajaritos tan pequeños metidos en una lata.
Todos los cuentos terminaban
“Y fueron felices y los reyes le trajeron el barco pirata de playmobil”
Porque era eso lo que quería. Eso y nada más.
Pero en realidad los cuentos no terminaban así, porque ningún cuento termina así. Nadie se imagina a Blancanieves o a la Bella Durmiente pasando del príncipe para jugar con su barco pirata, o a los tres cerditos regodeándose ante el cadáver del lobo mientras surcan los siete mares con un parche en el ojo.
No, no, los cuentos no pueden acabar así.
Excepto éste, que como es para ti, termina de esta manera:
Y fueron felices y los reyes le trajeron el barco pirata de playmobil.


1 comentario:

Amelie Poulain dijo...

Me gusta. Uiss que esto no es el facebook :S
A partir de ahora los cuentos que les lea los acabaré así. Nunca me ha gustado la rima fácil con feliz, ni los cadáveres en lata -puaj- ni tan siquiera los ciento volando. Los pájaros, hasta los de Hitchcock, han nacido para ser libres. Lástima que los playmobils no tengan los brazos articulados.

Un abrazo con codos :D

 
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