sábado, 3 de septiembre de 2011

Fábula de ruedas

La rueda se cansó del hámster y lo expulsó violentamente de su interior. El animal quiso volver a dar vueltas, pero de nuevo la rueda se deshizo del roedor empujándolo contra los barrotes de la jaula.

El hámster volvió a probar de subir a la rueda, pero desistió al decimosexto intento, cuando ya tenía el cuerpo dolorido y se le había magullado un diente. Luego se puso a buscar otras ruedas en las que dar vueltas, pero era una celda pequeña, de las que venden en el mercadillo de los sábados, y sólo tenía una rueda, y esa rueda se había cansado del hámster. El hámster quería dar más vueltas y no tenía rueda. Qué tragedia.

A los pocos días, el hamster murió de aburrimiento, diabetes y un infarto de miocardio. Y eso que le habíamos dejado abierta la puerta de la jaula, pero no se atrevió a salir. Sólo quería dar vueltas en una rueda, y no tenía más rueda que esa que no lo quería.

Curioso animal.

3 comentarios:

dijo...

Brillante.

Amelie Poulain dijo...

Cualquier animal en cautividad tendría el mismo comportamiento, no es la especie sino el medio de vida el que en este caso determina su actuación. Te has parado a pensar en lo fácil que resulta retener a un elefante en un circo. El animal terrestre más grande del mundo que pesa toneladas y derriba grandes árboles. Sin embargo, basta una ridícula estaca y una cadenita para retenerlo amarrado. ¿Por qué? Porque cuando era una cria trató insistentemente de zafarse y no lo consiguió. Se causó heridas en la pata y recibió golpes de sus cuidadores. Por otro lado, asoció la idea de liberarse con dolor. También ayuda a permanecer en cautiverio la sumisión de los adultos de su entorno, el llamado efecto espejo. Si ellos no tratan de liberarse, porqué debería de hacerlo la cria? En su renuncia a zafarse de la cadena, acepta el cautiverio como su forma de vida. En su mente queda grabado de por vida que "no puede" soltarse de la cadena. Cuando sea adulto y tenga la fuerza suficiente, ya no lo intentará, ni siquiera será necesaria la estaca. Este es un claro ejemplo de cómo las cadenas mentales son más poderosas que las cadenas físicas. Por cierto, los humanos podemos romperlas ;)

un pirata dijo...

hacia tiempo que no pasaba por aqui, pero que gusto llegar y encontrar esto!
saludos!

 
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