viernes, 17 de abril de 2009

Racionalidad


Tengo guardado un arrebato en la mesilla de noche. Me da miedo abrir el cajón, y más ahora, en esta época. Ahora todo adquiere proporciones fantásticas. Y los arrebatos, además, se contagian, aunque sean livianos. Eso me ha dicho el médico. Qué sabios, los médicos y sus gravísimas consecuencias.

Llevo tres días sin dormir. Quizás ayer dormí algo, pero no soy consciente de haber perdido la consciencia, pensando como estaba en este arrebato de la mesilla de noche. ¿Necesitará aire para respirar? ¿Se habrá comido ya la caja de ibuprofeno? ¿O sólo permanece, inactivo, pero amenazante y, por supuesto, arrebatador? Hoy en más de una ocasión he encendido la luz. Me lo imaginaba allí, en una esquina del cajón, detrás de un paquete de clínex. En mis pensamientos, ahogados por el insomnio, parecía inofensivo, ingenuo, con una sonrisa párvula e infeliz, así que estuve a punto de liberarlo, como poniéndome un paño frío en la frente. Pero esa confusión me duraba segundos. Después me hacía cruces.

No sé qué hacer con él. Intentaré venderlo, aunque ahora vender algo es difícil, y más los arrebatos, que te pueden llevar a la ruina. Si se adopta un punto de vista científico, jamás nadie compraría un arrebato. Y mucho menos a un desconocido. Hubo una época en la que la gente compraba arrebatos a cualquiera, pero eran otros tiempos, también muy buenos para la lírica fácil y las puntas de los nervios afiladas.

Creo que lo más fácil será regalarlo. Me acercaré a los almacenes del puerto, donde se suele traficar con este tipo de cosas, y se lo intentaré colocar a algún pobre infeliz que esté sediento de llamas, envidias o deseos varios. Otra opción es ir a la puerta de algún banco, donde no me van a faltar clientes.

Pero primero tengo que sacarlo de la mesilla de noche. Y me da miedo. Y más ahora, en esta época.


17 comentarios:

Fidias dijo...

If I were you.. cogería la mesilla de noche, y en un "arrebato de racionalidad", la tiraría por la ventana. Así te librarías de los clinex, que ademas de ser probablemente pañuelos de papel de cualquier otra marca, y el ibuprofeno, que es una droga dura.
El único problema es que sería igual que abrir el cajón y dejar que el monstruo don arrebato te poseyera. La elección la dejo en tu mano.

Miss Morpheus dijo...

Yo sellaría tu "caja de Pandora" con silicona... quizá termine asfixiándose, aunque no quiero ni pensar lo que puede ser un arrebato tratando de salir desesperadamente de un lugar tan pequeño. Duerme con un ojo abierto... por si acaso.

Un beso.

Sweetcide dijo...
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
Sweetcide dijo...
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Sweetcide dijo...

Los arrebatos no están con las vidas del fondo, sinó dónde las más caras y más mejor.

Yo desde luego me lo quedaría para mí :)

http://mipersonulidad.blogspot.com/2007/04/qu-desea-una-vida-por-favor.html

Liliana G. dijo...

¡Uy! Yo tengo un montón de arrebatos, tendré que ir al puerto de Buenos Aires y regalarlos como vos. Pero lo más probable es que no me quede más remedio que tirarlos al Riachuelo...

Súper, como siempre. Jajaja

Besos.

simalme dijo...

Lo que hay que guardar en el cajón a veces son los pensamientos. Entonces viviríamos y ya.

Sofía B. dijo...

¿Cómo conseguiste meterlo en un cajón?

Me han contado que en invierno pierden intensidad ¿puedes resistir hasta entonces?

Beso

Anónimo dijo...

Yo me quedaría con tu arrebato, no se por qué pero me gustan. Tal vez pasa algo interesante si lo sacas del cajón de la mesilla, quién sabe, incluso puede que algo increíble, pero bueno… Creo que las mejores cosas las hacemos en un arrebato de lucidez, de locura no, no todos tenemos la suerte de estar locos...



Supongo que los corazones se pintan con sentimientos, no todos vamos a tener el corazón rojo ¿no?

Laura Gómez Recas dijo...

Genial. No se me hubiera ocurrido nunca que podría caber en una mesilla el arrebato que te quita el sueño.
Yo soy de la opinión de que los arrebatos son para vivirlos. Así, de repente, aunque dé miedo y la razón se inocule en la locura maravillosa. Los arrebatos suelen ser el comienzo de vivencias estupendas. La sal de la vida.
Aunque me he sonrieído, ladina de mí, al leer lo de regalárselo a los envidiosos. :) Es una idea estupenda.
No los guardes y arrebátate.

Un beso
Laura

Miss Morpheus dijo...

(Una curiosidad: Tu foto de perfil es la misma que utiliza El Observatorio de la Negociación Colectiva de CC.OO)

Un beso.

Anónimo dijo...

Vendemelo, yo encantada lo compro, porque justo ahora es lo que me hace falta.

Terapia de piso dijo...

Después de un largo encierro, la liberación es desmedida y no tiene contención. Ese es el peligro.

Saludos.

José Roberto Coppola

AAN dijo...

¿Y bien?, ¿te atreviste a liberarlo?, ¿encontraste comprador? Yo no lo quiero. Por fin he conseguido ser menos arrebatadora ;)

Besito

Amelie Poulain dijo...

Arrebatador!
Pero para qué querrá usted un ejemplar de ese tipo si lo pretende guardar en un cajón?! :O Q se lo ha cargao!!

Siento, luego existo.

Besos

manuel_h dijo...

A Iván le pasaba algo parecido, e hizo una peli, pero no estoy seguro de que consiguiera librarse de él.

Diego dijo...

Estoy de acuerdo con alguien por ahí que recomienda dejar la reflexión en la mesa de luz, por lo menos de vez en cuando. Apolo y Dionisos pueden vivir juntos, ¿por qué es tan difícil comprenderlo? Un abrazo.

 
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