domingo, 5 de abril de 2009

Hace tiempo me hablaste de fluorescencia


Hace tiempo me hablaste de fluorescencia.

También me hablaste de lugares de equinoccios permanentes, de mundos paralelos y de flores del desierto que se diluyen entre los dedos. Del sabor de las tortugas.

También del fin del mundo y del olor de la muerte. Y de la nostalgia. Pero no te creí.

Yo, con mis sílabas cortadas, sólo te escuchaba hablar de todo eso: que usabas la linterna para encontrar planetas nuevos, que te gustaba huir de ti misma. En moto. También me dijiste que querías volver a una isla, que sólo en un lugar con límites naturales podrías controlar tus llamaradas, aunque no estés hecha para velos ni para poner puertas al campo. Ni para contar las hormigas, que no se pueden contar. Pero tú te empeñabas en contarlas.

Y querías probar la sal de todos los mares, me dijiste. Y que te gustaba investigar fantasías paralelas, hundirte en mares de caracolas, descubrir qué guarda el silencio tan celosamente. Que conocías a un cantaor flamenco que se reía. Y que te conmovía la ternura de las ballenas.

Que te gustaba frecuentar casas de citas, apartamentos clandestinos, que una vez te llevaron de país en país, que amabas acostarte en uno y amanecer en otro.

Me dijiste tantas cosas.

Lo que no me dijiste es que, de forma cautelosa, la fluorescencia se iba a ir instalando en mi vida, primero amable, disimulando, y luego a empujones. Que no se va. Que te frotas y no se va. Y no es cosa mía. Porque froto. Todos los días froto.


11 comentarios:

Isabel Tejada Balsas dijo...

wow!

Anónimo dijo...

Siempre hay efectos secundarios para que te acuerdes de lo que hiciste. A veces de lo que dejaste de hacer.

Sofía B. dijo...

La única forma de evitar la fluorescencia es no acercarse a la luz previamente. Difícil solución veo.

Besos

simalme dijo...

Precioso...usté se superó, señor contingente. ¿Se le pegará la fluorescencia a las luciérnagas?

Terapia de piso dijo...

Alucinógeno. Posible. Onírico. Imposible. Fantasioso. Posible. Misterioso. Imposible. Mágico. Posible...

Un abrazo.

José Roberto Coppola

JUACO dijo...

Hay cosas que por mucho que las intentes frotar o arracar de tí no eres capaz.
Ser fluorescente es una "pu..da",no te lo puedes quitar de encima y siempre llamas la atención.
Un saludo.

Diego dijo...

Bella nostalgia. Habrá que ver si el personaje frota para que desaparezca, o bien ya ha desaparecido y frotando ha encontrado una forma de negarlo. Un abrazo.

Majo dijo...

Qué cosa tan bonita...

Zephyrine dijo...

No se si es el tipo de tinta, pero tus jeroglíficos me hacen sentir como en casa... como en tardes de domingo estéril, agradablemente estéril.
No frotes, solo cierra los ojos.
Un abrazo.

AAN dijo...

No había reparado en este texto. Cuántas imágenes deliciosas... "La ternura de las ballenas".

Pero qué bonito, Fer. Es POESÍA. Bravo.

Beso

PS: "Radio" es la mejor, sin duda, aunque a mí también me gusta mucho "Party people" y "Stummble in Vigo".

manuel_h dijo...

y si así nos vamos haciendo, por qué esa manía de frotar?

 
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