Mi novia es táctil
Tengo nueva novia. Y es táctil. Como el iPad.
La conocí por Internet, en un chat de dietas exprés, de ésas
con las que es posible adelgazar 20 kilos en un par de meses como si nada. No
es que me haga falta, pero siempre me ha gustado fantasear con la posibilidad
de desaparecer, y el adelgazamiento instantáneo es lo que noto más cercano a la
inmaterialidad provocada. Por eso frecuento este tipo de entornos malsanos y
mis últimas novias han sido más bien tirando a gordas; o gordas, directamente.
Hasta ésta. Es decir, también es gorda; muy gorda, de
hecho.
Pero es diferente, porque es táctil. Como el iPad.
En justicia, también hay que añadir que es bastante fea: lo
peor no son esos pómulos hundidos y bañados por las secuelas de una viruela mal
curada, ni sus ojos, de roedor minúsculo y con un ligero principio de
estrabismo que más que seducir, despista; ni los paquidérmicos pabellones
auditivos; en realidad concluí que la fealdad era su característica más notable
cuando me percaté que la nariz tenía el tamaño y la forma de un calabacín
pequeño. No me di cuenta inmediatamente, porque las capas de maquillaje marrón
que obstruían la respiración de su epidermis distrajeron mi atención hacia la
enorme cicatriz de la frente (un lifting casero, sin duda).
Su personalidad tampoco va conmigo, porque es
superficial, caprichosa, mandona, reprimida y sabelotodo; y este último defecto
lo explota de forma exagerada a pesar de su absoluta incultura en todos los
temas ajenos a las comedias románticas protagonizadas por Jennifer Aniston. El
sexo conmigo, además, le da asco, algo de lo que me percaté la primera y única vez
que nos acostamos, y ahorro detalles escatológicos.
Además, creo que es de derechas, aunque todavía no lo he
confirmado.
Pero daría igual, porque es táctil. Como el iPad.
2 comentarios:
Buena crítica hacia lo táctil, lo moderno, que nos domina y atrae; aunque no sea ni útil ni agradable. Muy sarcástico, a tu estilo
Muy agudo y lo digo yo, que escribo desde un Ipad.
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