miércoles, 11 de agosto de 2010

Tormentas


Disculpen mi ausencia.

La causa: las tormentas.

Nada de suicidios, no se apuren. No está la cosa tan mal ni la crisis es tan fiera.

Han sido las tormentas. De ésas en las que después no llega la calma.

Sino de ésas que rompen en dos la existencia y nos dejamos por fin de secretos, de las que barren a relámpagos los temores. Y nada de calma después. Esas tormentas no se acaban nunca, como París. Son tormentas terribles y también poéticas, de domingo por la tarde, antes de trabajar, de ciencia-ficción, de planes en Las Vegas o en un juzgado de Sants. Tormentas atípicas que desdibujan nuestras fronteras y luego nos invadimos; tormentas autobiográficas que arrasan con la ficción y con el ensayo; tormentas de gestos donde las palabras acaban en la basura.

Porque son de ésas que no distinguen entre forma y contenido y arrancan lugar al espacio, donde la temperatura es más alta de lo normal y el color, granate.

Y nada de calma después.

Ha sido una tormenta que me volado el punto de libro. Y ahora no quiero encontrar la página.

Disculpen mi ausencia.

Han sido las tormentas.


5 comentarios:

mariajesusparadela dijo...

Felices tormentas.

Sofía B. dijo...

Si no encuentras la página será que no necesitas encontrarla.

Re-bienvenido.

Terapia de piso dijo...

De esas que dejan el alma revuelta.

José Roberto Coppola

ixilik dijo...

Ha sido electrica tan solo? o ha descargado lluvia húmeda? ha sido de arena, en las que es dificil tragar? ha sido trópical, o llamadas vacaciones? fué tormenta de nieve, que te heló por un tiempo?

Anónimo dijo...

Tormentas que dejan restos de naufragio o tormentas de la que limpian la atmósfera para poder volver a repirar?

 
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