Jet-lag
Como tengo jet-lag, me levanto a las cuatro de la madrugada todos los días. Al principio era una lata, pero he sabido encontrarle el gustillo al asunto. Hasta me he hecho fan en Facebook.
Y es que siempre he querido tener más horas por la mañana para hacer cosas como afeitarme con navaja barbera, escribir ripios al salir del cuarto de baño o robarle el periódico al del 3º B. Antes me levantaba con los minutos contados para, en este orden, mear, ducharme, café, llaves y adiós.
Así que ésta es la mía.
Ahora puedo desayunar tres platos, café, copa y puro, tomar un baño de sales balinesas, salir al balcón y dar de comer a las palomas, hacer gimnasia y magnesia al mismo tiempo y sin confundirlas.
También aprovecho y canto arias completas en la ducha y leo la caja entera de los cereales. Gracias a ello he descubierto que la vitamina B2 se llama riboflavina y que “vierta los cereales en un tazón” en portugués se dice “despeje os cereais numa vasilha”, información de vital importancia para mis frecuentes visitas a la ciudad lusa de Castelo Branco.
Es decir, que ahora sólo deseo que este jet-lag se convierta en un estado permanente, porque no podría prescindir de estos placeres, que hacen de mi vida un territorio más que habitable.
¿La infelicidad humana procederá acaso de las prisas matinales?
Les animo a comprobarlo y a practicar conmigo el jet-lag. Hagamos todos jet-lag.
[Por la noche, eso sí, quizás se vayan a la cama un poco pronto. Pero hay varios truquillos: uno es tener el pijama en la guantera del coche y cambiarse mientras se vuelve del trabajo; otro es aprender a dormir en la cola del supermercado. Y así los que se quiera]
1 comentario:
Jajaja, me ha hecho especial gracia la lectura de la caja de cereales. Creo que a día de hoy podría recitar entera la típica, la primera que entró en España, la de los Corn Flakes de Kellogg's. Durante aaaaños y años me acompañó en todos mis despertares.
Buen domingo noche :)
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