De las dos a las tres
Siempre me he preguntado qué será de la pobre hora que queda entre las dos y las tres, si desaparece o coexiste en el limbo con las entelequias y con los opuestos. Es como estar previsto y no suceder, como el bonus track de un disco malo.
Siempre me lo he preguntado hasta ayer, que salía de un bar de Gràcia y me la encontré en una esquina, de camino a casa. La vi guapa. Supongo que es porque nadie la ha mirado mucho nunca y no se ha desgastado. Estuve por decirle algo, pero al final no lo hice. Eso de dar conversación a una desconocida a las dos o las tres no se me da bien. Igual que conducir con el sol de frente o fumar habanos.
Me quedé observándola un poco, hasta que se dio cuenta y tuve que desviar los ojos hacia el primer letrero luminoso que apareció por allí. La vi guapa, muy guapa. Llevaba un vestido negro y una flor roja en el pecho. Estaba sola, claro. Y bebía algo parecido a un gin-tonic, pero no estoy seguro.
Cuando se dio cuenta de que la miraba, algo hizo. Se movió, como para acercarse, y fue a hablarme, creo. Sin embargo, a mí me salió acelerar el paso, con la vista fija en el primer letrero luminoso que apareció por allí. No recuerdo qué es lo que ponía. Es lo de menos.
Cuando llevaba andados veinte metros me di la vuelta. Allí estaba ella, con su vestido negro y su flor roja. Me quedé parado y, durante unos segundos, la vi desvanecerse.
Se despidió de mí alargando la mano, haciendo como si me tocara.
8 comentarios:
Dicho así, da pena cambiar la hora. Quién sabe lo que perdemos por perderla...
De luto pero dándole la bienvenida a la floral primaVera...Pobrecilla, perdida en el limbo de las horas..
Deja huellas de melancolía azul, a pesar de la rosa roja.
Abrazos, Fer.
Autodefinición:
"Es como estar previsto y no suceder"
No se ha ido, está esperándote: te encontrará en octubre, fresca y hermosa nuevamente. De las veinticuatro, solamente descansa una y este año le tocó a ella.
espera en Octubre, que vendrá con muchas ganas (pero sobre todo con mucho tiempo)
muaac Fernando
cuál es el afán de que todo el mundo mantenga las mismas horas, el mismo ritmo para cada rutina... como dice Cortazar... cuando te regalan un reloj "no te regalan un reloj, tú eres el regalado, a ti te ofrecen para el cumpleaños del reloj".
Al menos es libre y no queda sometida a las manillas del reloj.
Besos
Jo, qué bonita hora, menos mal que vendrá a vernos en septiembre...
Besos...
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