Olvido
"Me pregunto dónde se irá la memoria cuando morimos. Porque la memoria, como concepto teológico, me parece mucho más interesante y lleno de posibilidades que el alma. Después de todo, quizás el alma sea la memoria"
Rodrigo Fresán
Ayer tu olvido se apareció en mi casa, insolente. Me esperaba escondido debajo del rellano de la escalera, y, cuando pasé delante de él, salió y me arañó en la cara y se fue.
Con la mano derecha me toqué la mejilla. La sentía líquida. No era así, no era eso, porque me miré al espejo y me toqué la mejilla otra vez, y no había sangre, sino una cicatriz como importada, un poco sórdida, casi más de una descarga eléctrica que de un arañazo.
Entré en el cuarto de estar, y allí estaba tu olvido de nuevo, retador, tumbado en el sofá. No le conté nada, no le quise contar nada, tampoco hablarle. Quizás por no molestar, que los buenos modales nunca me han faltado. Mucho más que la intuición; mucho más que la malicia; mucho más que las ciencias exactas. Creo que los buenos modales justifican, en parte, mi existencia. Y me olvido de las tácticas de supervivencia por culpa de ellos, que lo normal habría sido agarrar a tu olvido y gritarle y echarlo a patadas.
Pero me quedé a un lado, mirándolo, hasta que se le antojara irse, o no pudiera quedarse. Sólo me faltó ponerle una alfombra, invitarle a una cerveza y limpiarle los mocos. E incluso invitarlo a dormir en mi cama. A lo mejor así los pies no se me quedarán fríos, pienso.
Lo normal habría sido un poco de histeria, un toque de desequilibrio como el de tu luna llena. Pero no, ahí me quedo, mirándolo y sonriendo a la nada.
Porque el uso de las mayúsculas no es para mí. Ni siquiera para tu olvido, arañándome en la cara, e invitándome a pensar en fórmulas científicas para aprender a odiarte y espantar tu insolencia sin notas al pie.
8 comentarios:
Ay, el olvido... cuesta que no sea triste esta palabra y compleja... y puta.
Recuerdos.-
No, no, odiar implica demasiado sentimiento, demasiado desgaste.
Encorazarse, dejar que resbale, que no afecte, que nos sea indiferente todo.
Besets.
Pues es fácil: se rompe la palabra
Ol: palabra sin sentido, que no hace daño porque no significa nada.
Ví: pasado imperfecto del verbo ver; tiene sentido para quién puede decir Llegué, vi, vencí, pero, para la gente normal, las visiones pasadas, pasadas están.
Do: nota musical. La música es bella. suena perfecta a la vez que mi y sol.
¿ves? positiviza, hombre.
siempre me gusta lo que escribes.
al olvido hay que invitarle a unas cuantas caladas y a un silencio que haga temblar las vértrebras-
Siempre cruel y siempre noble, es el olvido.
Así como noble y cruel es a veces el recuerdo.
Un buen abrazo, Fernando.
José Roberto Coppola
¿Y cuando aparece el olvido solo para decir que hace más de un dia de su última visita? Menudo paso.
Entonces el alma, como la memoria, se va perdiendo...
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