Lógica del capitalismo
El director de la fábrica de reliquias se ajustó el nudo de la corbata. Un gesto clásico, tópico, ante un problema nuevo: se había atascado la máquina troqueladora de trozos del muro de Berlín y el técnico, de vacaciones. Por suerte, no había ningún pedido fuerte a la vista y el con el stock actual quizás se podrían cubrir las urgencias. Además, con las ventas de espinas de corona de Cristo y de pedazos de santo sudario (extraordinarias el mes en curso) podían tirar unos días sin que la cuenta de resultados se viera afectada.
Sin embargo, no podía dejar de estar preocupado. Era la tercera avería en un mes y comenzaba a contemplar la posibilidad del sabotaje. Sospechaba del operario de la máquina de dedos de San Pedro, probablemente insatisfecho ante la ridícula subida de sueldo de este año, y de aquel nuevo, el experto en reliquias de Santa Águeda. A la próxima, pensó, deslocalizamos y todos a la puta calle. En China ya hacen los brazos de Santa Teresa a mitad de precio.